La madera tratada térmicamente, también conocida como madera carbonizada o madera modificada físicamente, es un tipo de material modificado que se somete a un tratamiento de pirólisis prolongado a temperaturas entre 160°C y 230°C en un ambiente sin oxígeno o con bajo contenido de oxígeno para mejorar sus propiedades físicas, mecánicas y de durabilidad. Este proceso, que no se basa en aditivos químicos, es una tecnología de modificación de la madera respetuosa con el medio ambiente, ampliamente utilizada en la construcción, la decoración y proyectos al aire libre.
El mecanismo central es que las altas temperaturas causan cambios en la composición química interna de la madera: la hemicelulosa se degrada, reduciendo el número de grupos hidroxilo, lo que reduce significativamente la higroscopicidad y las tasas de expansión y contracción, mejorando la estabilidad dimensional; la lignina sufre enlaces cruzados, mejorando la estabilidad estructural; y los nutrientes se destruyen, inhibiendo eficazmente el ataque de hongos e insectos, logrando propiedades anticorrosivas naturales. Después del tratamiento, el contenido de humedad de equilibrio de la madera se controla entre el 4% y el 7%, su densidad se reduce aproximadamente entre el 10% y el 15%, y su conductividad térmica disminuye, lo que resulta en excelentes propiedades de aislamiento térmico. El proceso consta de tres etapas: primero, secado a 100°C a 130°C para reducir el contenido de humedad por debajo del 3%; luego, mantener la madera a una alta temperatura de 180°C a 210°C durante 2 a 6 horas para lograr la pirólisis; y finalmente, control de la humedad para restaurar el contenido de humedad de la madera. Este equipo suele utilizar un reactor cerrado, con un sistema PLC que controla con precisión la temperatura, la presión y el contenido de oxígeno.
Dependiendo de las condiciones de tratamiento y el uso previsto, la madera tratada térmicamente se puede categorizar como madera carbonizada superficialmente o madera carbonizada en profundidad. La primera, que solo está carbonizada en la superficie, se utiliza a menudo en artesanías; la segunda, que está carbonizada uniformemente en toda su estructura y también se conoce como madera carbonizada homogénea, es adecuada para la decoración interior y exterior, pisos, muebles y paisajismo. Sin embargo, este material no se recomienda para el contacto directo con el suelo o la inmersión prolongada en agua.